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Klaus Rhein y Juan Ferrer mejores jugadores de Preferente y Segunda respectivamente
Decía el gran escritor francés Albert Camus (1913-1960), que el éxito es fícil de obtener, siendo lo realmente difícil merecerlo. En el ajedrez, aunque imita a la vida en su esencia, sabemos que el éxito es de cualquier forma merecido y casi siempre engendrado tras duro esfuerzo, pues el universo de infinitas estrellas que lo define sigue unas reglas en las que el azar carece de sentido. Aquí no hay dados, ni cartas bien dadas, ni viento a favor soplando desde popa. En el ajedrez uno hilvana su propio éxito, su merecida felicidad.
El club íGORA MEGAESCAS ha cosechado un triunfo histórico durante el recién finalizado Torneo de Mallorca por Equipos: Campeones en categoría Preferente y ascenso a Primera Categoría de los jugadores que participaban en Segunda. El cronista quisiera engalanar sus palabras para la ocasión, aparta momentíneamente su naturaleza soñadora y propensa a la melancolía, y lanza un grito de alegría y euforia a la recién estrenada primavera.
La novena y por consiguiente íºltima ronda del Campeonato se ha disputado en recinto comíºn para todos los tableros, tradición que desde aquí aplaudimos. En esta edición de 2015 el escenario elegido fue el del palmesano hotel Horizonte, con toda la bahía y la ciudad frente a nuestros ojos, con el Mediterríneo a modo de espectador y centinela. Antes de poner en marcha los relojes se guardó un minuto de silencio por el reciente fallecimiento del ajedrecista Jordi Valls (q.e.p.d), jugador del Algaida.
Impecable actuación en la categoría de oro, ¡campeones, oéee, oéee, oéeeee, oéeeeeee!, y en esta íºltima jornada venciendo también, rizando el rizo, miel sobre hojuelas, ante los de Sa Creu-Petra.
En los dos primeros tableros Claudio Minzer y Ehsan Alí acordaron unas rípidas tablas ante sus rivales, viéndose en la tercera mesa un duelo fantístico entre Mónica Calzetta y Salvador Castell, con dos peones de nuestra jugadora cogidos de la mano subiendo hacia la gloriosa conversión en reina, todo ello en los minutos finales, si bien concluyó la batalla en empate por el magistral e hiriente uso que de su pareja de alfiles hizo Castell. Victoria cómoda y tranquila de Alejandro Martínez, quien ha rubricado un magnífico campeonato, no sin justicia lo reseñamos. Klaus Rhein, en su partida, se vio híbilmente molestado por la posición rival aunque al mismo tiempo con ataque directo del “megaescaquer†al talón de Aquiles enemigo, y con peones de menos, que para todo hay cabida en este fascinante juego. Su adversario encontró unas tablas por repetición y la cosa quedó ahí. ¿Y qué ocurrió en la mesa 6? Pues que Juan Ferrer obtuvo la victoria… ¡en solamente seis movimientos! Aplicó una de esas celadas de apertura que imaginíbamos solamente existen en los libros y que en un principio creemos sencillas de encontrar, aunque después vemos que no, que no siempre son sencillas de encontrar.
¡Ascenso a Primera! No resultó fícil, el nivel en este término medio de los ajedrecistas baleares apunta alto, erizado de ocultos peligros y rico en matices, pero los de íGORA MEGAESCACS han sabido sacar partido a su plantilla y se cumplió el objetivo, sellando otro esquinazo con este éxito a los sinsabores de la cotidiana existencia.
Juan Gaitín padeció el derrocamiento de su monarca en el primer tablero con la Siciliana, en lucha de flancos enrevesada y finalmente no superada por nuestro jugador, quien, no obstante, ha demostrado también su calidad ajedrecística desarrollando un campeonato excelente. En la mesa 2, Alejandro Gómez venció en una partida enorme, tanto en longitud temporal como en cualquier otro aspecto, con peón protagonista y equinos por ahí buscíndose las cosquillas para evitar su coronación. Jordi Ribas salió con Francesa, sin traicionar no obstante a su clísico “b6â€, en una contienda muy de peones avanzando a “poquito a pocoâ€, arriesgando, venciendo. A Jaime Marques le trataron de sorprender con un Gambito de Rey, decimonónica opción que algunos grandes maestros, como nuestro compatriota Alexéi Shírov, califican de dudosa y que nosotros, permitiéndonos la licencia de llevar la contraria a un genio, definimos como divertidísima. Venció Jaime en una también extensa partida.
Esta categoría ha quedado satisfactoriamente representada en su mayor parte por las jóvenes promesas de la cantera, ajedrecistas que han demostrado que, como sugiere el titular, el futuro estí en nuestras manos, tenemos cuerda para rato. Gente menuda, pero grande.
La mesa 1 fue defendida por quien esto escribe. Salí con una Caro-Kann con rey en el centro por no poder esconderlo, aunque el adversario se enrocó dejando el suyo sin apenas el abrigo de sus peones, ni siquiera una chaquetilla de punto, para protegerlos del helado aliento de mi dama. Encontré unas tablas por repetición que nos aseguraban la victoria del equipo (sabiendo ya los resultados de los “compisâ€) y, ¿para qué mís? Empate de Asensio Alcaraz, de quien destacamos su gran aportación a la categoría durante todo el torneo, y sendas victorias de Cristian Rizo y Marc Cuenca. Al final, como diría Torrente: ¡Muy bien, chavalotes! El equipo concluye la competición con una muy digna doceava posición.
Durante la entrega de premios (que algunos oímos de lejos y muy flojito, auténtico reto para los tímpanos) se concedieron trofeos a nuestros competidores Klaus Rhein y Juan Ferrer como mejores jugadores en categorías Preferente y Segunda, respectivamente. Se alzó la gran copa de campeones, proliferaron las felicitaciones y como colofón una cena de fraternidad y compañerismo, en la modalidad hostelera de “buffet libreâ€, muy del gusto de quienes nos caracterizamos por desarrollar un buen saque, como ya en otras ocasiones hemos confesado. Admitamos que algunos comimos demasiado y luego en la bíscula pasa lo que pasa, que es que lo digo siempre y después se nos olvida.
Pero lo mejor de la cena no se vio en los platos. Lo mís hermoso estuvo en el disfrute de la amistad que une a los miembros de este club campeón en muchos sentidos, una amistad mís que necesaria imprescindible, una delicia, un honor, un lujo para el alma de este cronista.
Vale.
¡Que guapos salimos en el periódico!