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Un memorial para recordar, compartir y seguir construyendo ajedrez
Han pasado más de 20 años desde aquellos torneos que cada sábado por la mañana se celebraban en las plazas de Calvià con motivo de la XXXVI Olimpiada de Ajedrez que se celebró en nuestro municipio en 2004.
Éramos muchos los que cada sábado nos reuníamos para compartir buenos momentos durante esas 6 partidas que, más allá de la clasificación final, forjaron amistades, aprendizaje y recuerdos imborrables. Había trofeos, regalos, un ambiente excepcional y, sobre todo, un auténtico espíritu ajedrecístico que, con el paso del tiempo, acabaría forjando los cimientos del que hoy es uno de los clubes más activos y laureados de Mallorca.
Fue en aquellos torneos donde conocimos a Enrique, responsable del arbitraje y que, con su buen hacer, cercanía y pasión por el juego, semana tras semana se ganaba nuestra admiración, respeto y amistad, hasta convertirse en un pilar fundamental en la fundación y crecimiento de Megaescacs, dejando una huella profunda en todos los que tuvimos la suerte de coincidir con él.
Con el paso de los años, aquel espíritu vivido en las plazas de Calvià no se ha perdido. Al contrario, se ha transformado en nuevos proyectos y en una manera de entender el ajedrez basada en la convivencia, el respeto y la pasión compartida.
La marcha de Enrique ha sido un duro golpe para todos y la celebración de este primer memorial, nacido como un acto de recuerdo y agradecimiento, nos ha dado la oportunidad de rendirle homenaje tras todo lo que nos aportó durante tanto tiempo.
Me enorgullece afirmar que esta edición del memorial ha sido un éxito rotundo, tanto por la elevada participación como por el ambiente vivido durante la jornada. Ha sido una magnífica oportunidad para reencontrarnos con muchas personas a las que hacía tiempo que no veíamos y que quisieron acercarse para rendir homenaje, compartir recuerdos y mostrar su cariño. Se respiró en todo momento un clima de respeto, emoción y buenos sentimientos, fiel reflejo del espíritu que siempre quiso transmitir Enrique.
Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a todas las personas que habéis hecho posible que este memorial haya sido un éxito y, de manera muy especial, a la familia de Enrique, que se ha volcado con enorme generosidad en cuidar hasta el más mínimo detalle para que todo saliera perfecto. Vuestra implicación y cariño han sido fundamentales para que este homenaje estuviera a la altura de su memoria.
Cada nueva edición será una oportunidad para reencontrarnos alrededor del tablero y mantener vivo su legado. Porque mientras se siga jugando al ajedrez con el mismo respeto, entusiasmo y espíritu que Enrique transmitía, su recuerdo seguirá presente entre nosotros.
¡¡¡Gracias por todo, Enrique!!!