Cuarta Ronda del Cto. Mallorca por Equipos: Luchada Victoria por 4-2 contra Binissalem.

CRí“NICA RONDA 4:

PREFERENTE: ígora Megaescacs 4 – Binissalem 2

Segíºn la clasificación general de Preferente, se enfrentaban ígora-Megaescacs como lí­der contra el íºltimo clasificado, Binissalem. Lo que parecí­a que tení­a que ser una ronda fícil, terminó con una victoria con mucho sufrimiento.

El match empezó bien en la mesa cinco con un ataque relímpago de Klaus Rhein contra el rey en el centro de Francisco Garcia Verd, quien tuvo que inclinarlo en tan solo 12 jugadas. Luego, en la mesa dos, Ehsan Ali y Jose Muñoz firmaron tablas en 15 jugadas en posición igualada.

Sin embargo, el resto de las partidas no estaban muy claras. Claudio Minzer, después de un despiste, tení­a que entregar una calidad contra Pedro Mascaró y estaba al borde de la derrota. Senen Garcí­a del Rey, en una posición complicada con peón aislado en el mediojuego contra Miguel Bestard en la mesa tres, solo le quedaban 4 minutos en el reloj después de 18 jugadas, casi una hora menos que su rival. Adolfo Dí­az en la mesa cuatro salió peor de la apertura eslava contra Bernardo Nadal. Y Alejandro Gómez en la mesa seis tampoco estaba mejor contra Toni Moyí.

Cuando la victoria parecí­a que se alejaba, Senén sacrificó su alfil por 2 peones, lo que le dio compensación en el ataque al flanco de rey, aunque no fuera del todo correcto. La defensa de Miguel Bestard tampoco era fícil de organizar. En apuros de tiempo Senen encontró jugadas íºnicas y ganó con gran estilo en el ataque. Mientras Claudio Minzer salvó medio punto cuando logró entrar con sus caballos y una torre en el flanco de rey de su rival, aunque Pedro Mascaró desaprovechó varias oportunidades de ganar la partida.

Alejandro ya tení­a ventaja decisiva ante su rival, cuando los apuros de tiempo del reloj le pasaron factura. Primero perdió la calidad sin explicación, y después tiró toda la partida con un cambio de damas que le robó todas las posibilidades de salvar por lo menos medio punto. Menos mal que Adolfo Dí­az jugó con el espirito de Magnus Carlsen. En un final de 4 torres y 4 peones cada uno en el mismo flanco de rey en que muchos jugadores hubiesen firmado las tablas mucho antes, Adolfo Dí­az puso a prueba a Bernardo Nadal con unas maniobras impresionantes y eso le permitió cosechar una victoria importante.

PRIMERA: ígora Megaescacs 2 – Binissalem B 3

De nuevo derrota por la mí­nima, en esta ocasión frente a Binissalem.

La primera partida en acabar fue la de Joan que se dejó una pieza en una partida muy ofensiva con posibilidades para ambos bandos.

Después acabé yo (Jaume), tablas en una partida igualada en todo momento en la que llegamos a una posición en la que, para ambos, mover algo diferente era malo (tablas por repetición).

Santi también acabó en tablas otra partida muy igualada.

Posteriormente Jordi acabó con Sebastiín Nadal tras una muy buena combinación, aunque Nadal alargó (¿demasiado?) la partida. Es de esas partidas en las que surge la pregunta de ¿en qué momento se debe abandonar?, es un tema en el que podemos encontrar argumentos a favor o en contra del abandono.

Pero siguiendo con el match, éste se decidió en la íºltima partida en la que Monzonis luchó hasta el final una partida igualada, aunque quizís fue decisivo el reloj, David justo de tiempo se equivocó al final.

La victoria se hace esperar una semana mís.

TERCERA: ígora Megaescacs ½ - Inca D 3 ½

En el primer tablero el cronista (Javier) trató de aprovechar la ventaja obtenida tras aceptar Joan Comas (1690) un gambito de dama. A consecuencia de ello sobrevino la siempre seductora ocupación total del centro y dos peones doblados al adversario, a cambio del peón entregado. Una filigrana en el trueque de damas que podrí­a haberme dado ventaja decisiva, cuando menos un futuro prometedor, no llegó a buen puerto pues tomé pieza con la que no debí­. Cosas que pasan. Finalmente el castillo de naipes del excelente desarrollo se derrumbó y mis peones pasados se convirtieron en una ilusión óptica de las que te provocan dolor de cabeza al ratillo de mirarlas fijamente. No pudo ser.

En el segundo tablero a Asensio Alcaraz no le tembló el pulso a la hora de responder c5 ante el e4 de Antonio Martorell (1488). La Siciliana, siempre joven. A consecuencia de la espectacular defensa, como cabí­a esperar, una partida con protagonismo de las 64 casillas a la vez, sin tregua, sin descanso, lo tí­pico en estos casos. Surgieron tablas por repetición en el medio juego que nos dieron el trocito de pastel de la jornada, medio puntillo.

En el tercer tablero destacamos la sangre frí­a de Ramón Garcí­a en otro de esos finales hitchcoknianos. Nuestro jugador rechazó las tablas ofrecidas al ver la ansiedad y los apuros de tiempo de Miguel Mateu (1420), pero un desliz miníºsculo, de esos que se hacen enormes en la lupa de los finales de partida, acabó en derrota. El jugador de Inca confesó a este cronista, al concluir la batalla, el mal rato que pasó durante los íºltimos minutos. ¡Y eso que ganó!

Y en el cuarto tablero Jano Urdiel manejó con soltura la defensa de su enroque largo, arriesgada decisión que pudo haberle dado mejores resultados; una ventana mal cerrada en dicho enroque hizo que se colara un molesto vientecillo con olor a jaque mate a favor de Pedro Sínchez. Jano, como siempre, jugó una gran partida y tanto él como los otros dos niños demostraron que la edad no tiene nada que ver con la actitud de querer luchar sin abandonar, jamís, la esperanza y el saber estar frente a un tablero de ajedrez, motivo por el cual una vez mís nos sentimos orgullosos de nuestra cantera. Vale

Enlace con emparejamientos y resultados: ***Chess results